¡Mira que está rico! Mmmm... Llevaba ya un tiempo queriendo comer sushi, y por fin lo he conseguido. Bueno, ya había comido, pero lo trajeron congelado del Corte Inglés y, bueno, aunque haya comprobado que el sabor tampoco es que sea muy diferente, si hay diferencia. Pues eso, nos hemos ido (unos amiguetes y yo) a un restaurante japonés cerca de la zona de Montera llamado Kawara, y pese a que estaba vacío (imagínate, a las cuatro de la tarde en agosto en Madrid un miércoles, pues normal) y que casi cerraban la cocina ya, ha sido estupendo.
Nos hemos pedido un plato de tempura (verduras fritas recubiertas de algo parecido a lo que recubren las "gambas con gabardina") para compartir, unas cervezas, y luego un plato de menú para cada uno. Yo he optado por el sashimi a sabiendas de que estos desalmados que tengo como amigos se iban a pedir sushi y, cómo no, yo iba a asaltar sus platos.
Nada más empezar nos han traído un pequeño bol con una especie de tallarín que flotaba en un caldito suave con sabor a mar y especias que no tenía mucho sabor. La verdad es que no sé si eso se come directamente o se usa para cambiar sabores (que podría ser) pero, aunque alguno de mis amigos ya habían comido varias veces en japoneses, como tampoco saben muy bien cómo ha de comerse esa comida, nos lo hemos comido tan contentos. Todo sea dicho, teníamos un hambre...
Luego nos han traído la tempura que ha durado dos telediarios, lo que es normal porque un único plato para los cuatro zampabollos que estábamos allí... con lo que en dos minutos hemos mojado un par de trozos cada uno en un bol con otra salsa suave de soja y fiesta. Era de esperar.
Y finalmente nuestros platos. Mientras que el plato de sashimi consistía en un bol de arroz; otro bol con una sopa suave con ¿algas?, tofu, alguna verdura aparentemente desconocida y un tipo de sémola; un platito con tofu de diferentes clases (más o menos consistente); otro platito con unas rodajitas de algo marrón-anaranjado más o menos dulce y un poco crujiente y el plato central con el sashimi propiamente dicho, que venía con una hoja de lechuga, pepino en rodajitas, atún, salmón y bacalao crudos y fileteados (en una cantidad apreciable) y un poco de wasabi, el plato de sushi traía en diversos apartados, jengibre fileteado bastante suave; "rollitos" de arroz envuelto en algas con un centro de los tres tipos de pescado antes mencionados; el mismo bol de sopa; el mismo platito de ese algo marrón-anaranjado; unos "montaditos" de arroz como base y el pescado fileteado encima; más del mismo pescado fileteado con algo de wasabi y el tofu.
He de decir que me he puesto las botas a comer, porque mi plato estaba de muerte y había comida en cantidad. Comentar que el atún crudo mojado en soja, con un poco de arroz y un poco de wasabi está de muerte. Mejor dicho, todo estaba de muerte.
Y bueno, llegado este punto, hablaremos del wasabi de una santa vez:
El wasabi es una especie de pasta de color verdoso, muy parecido al aguacate, que se prepará a partir del "rábano japonés". Se usa para acompañar los platos japoneses con pescado crudo por su carácter desinfectante (recordemos que el pescado crudo y en general cualquier carne cruda puede ser bacteriológicamente peligrosa, aunque tampoco hay que dramatizar) y es característica por su fuerte sabor y su picor, digamos, nasal. El caso es que te pones encima de un trocito de sushi un poquitín de nada de wasabi (del tamaño de un grano de arroz) y cuando te lo comes pica que devora. Pero no es un picor como el del chile mejicano o la guindilla española, sino como la "moutarde de Dijon". De ese que se te sube a la nariz y a la nuca y que te hace lagrimar. ¡Buenísimo! pero en su justa medida. En fin, recomiendo probarlo por experimentar esa sensación, aunque el picante no sea lo vuestro. También es recomendable ponerle un poquito al platito donde se sirve uno salsa de soja para disolverlo allí, que le da un toque estupendo. Vamos, que para variar me ha encantado.
Bueno, pues eso, que he comido tremendamente bien. Me he comido el sashimi y un poco del plato de sushi de un amiguete al que, pese a haberle gustado, se ha cansado un poco del sabor continuado del sushi y no podía con todo (lo que "ha sido una pena...", jejeje). Y de postre me he tomado un helado de té que la verdad me ha sorprendido, y he probado un poco del helado de sésamo (más sabroso y dulce) que se ha pedido un amiguete.
Y con esto puedo concluir que la experiencia del japonés ha sido muy buena, y que me han dado la tarjeta del sitio al que pienso volver (sales por unos quince o dieciocho euros, que tampoco está mal), y una lista de la asociación de restaurantes japoneses de Madrid, con lo que habrá que investigar.
Sayonara =).
PD: Si que me ha tenido que gustar, ¡creo que no había escrito tanto nunca! A ver si cojo costumbre, jeje.