29.9.04

Ya me extrañaba...

...a mí que todavía no me hubiera sucedido nada raro en esta convocatoria de exámenes de septiembre. Pues nada, para no variar, movidas con una nota de un laboratorio.

Al final me van a volver a dar la gran patada con la tontería... joder joder joder (chatina).

27.9.04

Sóplame siempre

La princesa de los vientos siempre mece mis sentimientos con sus ráfagas. Con sus corrientes domina el más importante de todos. Le da vueltas, jugueteando, y en círculos lo eleva hasta el cielo, muy muy alto. Es suyo, ella es su dueña, le pertenece. Desde las alturas se puede notar su grandeza incomparable. Aunque esté tan alto puedo verlo, sentirlo, como si lo tuviese dentro de mi pecho, latiendo. Luego, despacito, deja que baje hacia mí, flotando como si fuera una pluma. Acelera. Poco a poco se vuelve rápido, raudo, y cortando el aire con una fuerza y una pasión inauditas se precipita hacia abajo. Instantes antes de rozar el suelo se me vuelve a clavar dentro, estremeciendo cada nervio de mi cuerpo, electrizándome, invadiéndome completamente, haciéndome sentir como sólo ella puede hacerlo.

La princesa de los vientos me envía una suave brisa de besos cálidos y envolventes. Me acuna, me arrulla, me susurra, hasta que mi corazón, aletargado con sus suaves caricias, se duerme, latiendo despacito y profundamente, sometido a ella. Me introduce entonces en el mundo de los sueños, de sus dulces pesadillas, donde sus corrientes hacen revolotear en mi mente su imagen, el recuerdo de su voz, su risa, su mirada, su piel, su aroma y su sabor. Y yo nunca quiero despertar.

La princesa de los vientos vive en un castillo en la Ciudad del Viento, desde donde soplando me ha enamorado.

Voy a ir a verla para poder volar otra vez.

23.9.04

Últimamente

Pues últimamente me muero de ganas de _____ (rellénese como se desée, pero tengo preferencia por la letra cursiva).

19.9.04

Trazos

Había roto siete lienzos, cada uno más rabia que el anterior, con una furia incipiente que no se sentía capaz de calmar.

Llevaba días mezclando sus pinturas, repasando bocetos, perfilando cuadros inacabados que, uno detrás de otro, acababan su temprana vida entre patadas y zarpazos. Se sentía incapaz de plasmar a través de sus pinceles aquello que le atenazaba por dentro.

Todavía sentía el calor en la cara de sus últimos momentos de furor cuando se quedó mirando fríamente el impoluto octavo trozo de tela. Cogió uno a uno sus botes de pintura y los fue estampando contra él, sin mirar, sistemáticamente, y después los pinceles, la paleta, los marcos... hasta que finalmente y gritando se arrojó el mismo contra el cuadro de su ira y allí cayó, abatido. Y encima de él se quedó dormido.

16.9.04

Mus negro

Ayayayayay, que me han echado un órdago y yo con dos reyes siete... ¡y es mano sobre mí! ¿Me puedo fiar de la suerte? ¿Me fío de mi buen jugar? ¿Lo ganaré? Porque me toca verlo, que como decía un amiguete mío - Qué somos ¿hombres o ratones? - y no me queda otra.

Claro que en el mus no se juega dinero, como mucho el café o la cerveza que uno se tome, pero yo mañana en el examen me juego muuucho...

11.9.04

Con dedal

La vida no es más que una gran conjunción de momentos hilvanados entre sí. Los momentos se suceden unos tras otros, muchas veces, casi sin darnos cuenta. Hay momentos alegres, felices, tristes, aburridos...

Pero, señora, perdóneme un momento. Lo que yo quiero decir es que hay que ir cosiendo poco a poco los momentos que conforman nuestra vida para que ésta sea continua, hay que permitirse el lujo de enlazar momentos tristes con momentos felices, entender que hay momentos de soledad y momentos de grata compañía, que hay momentos de llanto a los que siguen momentos de risa, momentos de euforia acompañados después de momentos de apatía... y así hasta que en el último momento de nuestras vidas miremos para atrás y veamos la larga bufanda de innumerables momentos que hemos ido tejiendo desde que nacimos.

Hoy he tenido muchos momentos (y todavía me quedan unos cuantos). He tenido un momento trágico por la mañana cuando mi madre me ha despertado, un momento de agobio cuando he organizado los apuntes de las asignaturas que me quedan por examinarme. Antes de comer he tenido un momento de gula muy seguido de un momento de desesperación al ver que no había nada en la nevera que pudiera acabar con ella... Pero el mejor momento del día ha sido un momento entre paréntesis, un momento dentro de otro, que era bastante monótono, un momento inesperado la verdad. Ha sido un "momento telefónico" que me ha brindado ella, mientras estudiaba Cálculo Infinitesimal (algo que puede llegar a otorgar momentos de verdadero aburrimiento, en serio). Como siempre, ha sido un momento especial que pensaba que no iba a tener hasta mañana y me moría de ganas. Y es que hay momentos regalados, momentos insertados en el ojo de la aguja que teje al resto que no tienen precio.

Y este escrito ahora mismo es fruto de un momento particular que he decidido yo mismo darme (luego me daré uno gastronómico, que ya es hora), acompañado de la música de Jewel, que me vuelve personal (algunos dirán que pastel, cada uno con lo suyo).

Y por último quiero dedicar un momento a aquellos que hace seis meses, en un momento, acabaron de golpe, descosiendo y con un siete, sus vidas entre ruido y dolor. Hay momentos que no podemos elegir, por eso hay que aprovechar todos los que podamos.

De momento, esto es todo y concluyo reseñando una frase de la canción que estoy oyendo:

Because everywhere is dark, but where you are.

7.9.04

¿Qué son los sueños?

Federico Fellini contestó a esa pregunta:

"Nuestros sueños son nuestra única vida real"

Me gusta esa frase. Me gusta porque mis sueños me gustan mucho y estoy firmemente decidido a poner empeño en que se hagan realidad. Muchos ya lo han hecho, esa es la prueba que necesito.

6.9.04

Opíparamente

Si, señora, hasta las cejas de comer me puse ayer. ¡Tres horas cenando! He de decir que me gustan las bodas, por lo menos la de ayer, fue muy divertida. Ahora, el alcohol hace que a uno le bailen hasta las haches de los verbos.

3.9.04

Zapatos nuevos

Es la primera vez que me invitan a una boda. Es decir, que es la primera vez que me invitan a mí.

Me he tenido que comprar unos zapatos para el traje, y al final me he comprado unos que no me gustan especialmente, pero bueno, son bonitos y pegan. Y usted pensará, señora, - No le gustan, pero son bonitos ¿eso cómo se come? - pues verá, es que sé que son bonitos, de hecho no están mal, pero los que a mí me gustaban eran unos que he visto en una tienda que creo que es una nueva cadena de los mismos dueños del Pull & Bear llamada Often.

Eran de corte moderno y tal, pero la verdad que no me importaba salirme de los convencionalismos en la boda aunque sólo fuera por mis zapatos. Incluso la chica que atendía la tienda, si, de esas que no se te acerca más que cuando la llamas para que te saque los zapatos de tu talla, me ha echado una mano cuando le he dicho para qué los quería, incluso me ha preguntado el color del traje (gris) y el de la camisa (amarilla suave). ¿Irá a comisión? Tenía que haberle preguntado, cachis...

Una pena (es una peeena) que no hubiese de mi talla, ni en esa tienda ni en otra que tienen en el centro, con lo que al final y por ir siempre con el tiempo pegado al culo he tenido que comprarme unos zapatos típicos, comunes y corrientes (pero sí, no están mal). Joder, además eran más caros.

Cuando tenga tiempo pienso volver a Often a comprármelos. Además he visto una cazadora de pana... no, no ¡no! ¡consumismo sal de este cuerpo!

PD: A quien pueda interesarle, en el Word del Office 2000 profesional no aparece la palabra "culo" listada en su diccionario, hay que agregarla. ¿No tendrán culo los de MicroSoft? Y que preguntas como ésta atormenten mis días...